Estoy re-escribiendo esta historia, contarla bien se me hace necesario especialmente para cuando me quiera auto-recordar todo lo que cambió para mí, en su momento y para motivarte a tener uno.
El término se lo escuché por primera vez a Isa García, que tiene todo un podcast sobre el tema que lo puedes escuchar si gustas aquí. En resumen es ponerle una intención, un destino y mucho corazón a un viaje, es hacerte preguntas sobre qué es lo que buscas realmente y también mantenerte abierto a que las posibilidades sean infinitas. Un viaje de expansión no tiene que ser al otro lado del mundo, ni tampoco requiere de una planificación exhaustiva, solamente requiere que tengas muy clara tu motivación principal y ya.
Meli (mi bff) y yo tenemos una tradición de intencionar nuestro próximo año juntas, cada uno es diferente y siempre se nos ocurren cosas nuevas, igual seguimos la energía y lo que se siente más nosotras en ese momento. A finales del 2022 hicimos nuestro ritualito teniendo en mente que queríamos volver a tener un viaje juntas, el primero que tuvimos fue en 2021 a la Amazonía, entonces era hora de ir por el siguiente.
No sabíamos exactamente a dónde, solamente teníamos en mente un lugar lindo y natural, yo quería ir al mar, aunqye no nos detuvimos mucho a pensar ya a dónde ese día solamente le pusimos muchos te imaginas si?
Empezó el 2023, mucho en nuestra vida cambiaba, tener un viaje ya no estaba dentro de las prioridades y las situaciones del país en ese entonces nos desvanecían las ganas de ir a la Costa especialmente. Pero de alguna manera las cosas se empezaron a dar, algunas conversaciones que abrieron posibilidades se empezaron a formar, visitas especiales se acercaban, la emoción crecía y todo empezó a encajar.
Días antes de mi cumple en junio confirmamos fechas, todo señalaba que agosto era el indicado, sin lugares fijos todavía, pero se sentía cada vez más real y posible, mi única estrategia fue armarme un plan de ahorros y escribirle muchas cartas al país, para que me mande mensajes de a dónde sería bueno ir, como digo los viajes de expansión no tienen que ser tan lejos, incluso se podrían hacer en una misma ciudad sólo un día, pero once again, el valor está detrás de permitirte guiar.
El destino elegido fue — la Amazonía y el Sur del país —
Y cómo suele pasar cada vez que estás por transformar algo muy grande, la vida te pone algunas graditas más que subir para ver si el compromiso es real o solamente aún no es el momento. La situación política y de seguridad nos trataba de llevar al pánico y al miedo, que no niego que sentí, pero la confianza que cree con el país a través de las palabras me hizo saber y sentir que todo iba a estar bien.
Se acercaba la fecha y sólo faltaba una gradita más, esta vez proveniente de mi cuerpo, fue un intento de sabotaje inconsciente. Unos dos días antes del viaje tomé algunas decisiones que sinceramente no sé de dónde vinieron pero me dan mucha risa ahora, para no entrar en detalles gráficos solamente puedo decir que nunca combines yogurt con empanadas de queso, especialmente si tu y los lácteos no se llevan bien, jeje por eso estuve a punto de cancelar todo porque no había manera de garantizar que me iba a sentir mejor, sentir mejor en la selva alejada de todo lo que yo pudiera controlar.
Y adivina que, ese era el reto, no poder controlar nada y lidiar con eso.
A veces podríamos esperar a tener las mejores condiciones, tener todo listo, encajar todo en una visión perfecta de como van a ser las cosas, las fotos, los outfits, los lugares de visita para hacer checks y “disfrutar” sabiendo exactamente todo lo que viene. Y bueno tal vez así no es como se planifica un viaje, pero así había sido mi antiguo modus operandi, por eso este viaje fue tan especial.
En el instante en el que vi el cielo con palmeras amazónicas, mi cuerpo se sintió tan en casa, que creo se le olvidó que no podía digerir las cosas y como buena hija de la madre tierra, mi mami me curó, con unas plantitas —medicina selvática— que me gustaría tener a la mano en la vida citadina, pero esos son saberes ancestrales que respeto y que sólo puedo decir pagrachu (gracias) a la madre tierra.
Viví muchas vidas dentro de ese viaje, facetas en las que reconocí que me puedo sostener sola, que cocino deli y que soy bastante determinada en lo que quiero cuándo realmente proviene desde el corazón, esa es la magia de los viajes, porque te sacan de tu espacio conocido, de la rutina y la estructura que crees que tienes que seguir todos los días. Personalmente amo a la selva y todo lo que representa, lo cruda que es, el clima, amo lo viva que se escucha, que siente, los colores especialmente, la presencia de la gente, los animales y ella siendo ella tan hermosa y desafiante. Todas esas cosas que tengo dentro que no podía ver y que ella me estaba mostrando, al final del día somos reflejos del entorno.
En la selva no tenía luz, ni internet todo el tiempo, el contacto con la tecnología solamente era mi teléfono para fotografías, solamente me tenía a mí, a una hamaca y a muchas páginas en blanco para procesar, para que salten las ideas, después de todo la intención con el viaje fue atreverme a dar otros pasos, en cuestiones laborales y aplicar todo eso que la selva me estaba mostrando de mi ser interno. La selva me dió la potencia y el reconocimiento de mis alas y claro que me transformé, de esa y de otras formas muy personales también.
Después de la selva (Tena), fui al sur a Zamora, luego a Loja y a Cuenca, para esto debo regresar al principio porque las cosas se movieron mucho para Meli también en temas del trabajo así que nos vimos en Loja y en Cuenca un poquito, vivimos muchos procesos a distancia, pero siempre recordando el porque de todo esto y nuestras intenciones principales al iniciar el año.
Qué bonito es que la vida te mande personas con las que puedas experimentar y ser tu versión más auténtica, con quiénes no necesariamente se hablen los mismos lenguajes, pero el corazón sea el traductor, amistades random que resultan para siempre, amistades que se construyen en bases fuertes y evolucionan a través del tiempo, deseo mucho volver a tener otro viaje de expansión, aún no sé con precisión a dónde podría ser pero me quedo con éste feeling de mucho agradecimiento por el primero y por lo mágico y surreal que fue.
Los días en la selva, las personas con las que los compartí y el viaje en general lo puedo resumir en ésta canción/mantra: Sit around the fire 🔥 .
Porque a pesar de que estamos involucrados en las cosas del mundo, dentro de nosotros siempre estamos avivando el fuego que nos enciende el corazón, y una vez te das cuenta de eso, sabes que eso es lo que vinimos a hacer, avivar nuestro propio fuego interno y sentarnos alrededor de él —for the eternity.
Gracias por llegar hasta aquí, deseo que leer esto haya sido como ese vientito avivador de chispa para que te tengas ya ese viaje de expansión y si no sabes dónde que sepas que los lugares siempre te llaman, tu debes estar pendiente.. a mí últimamente me ha estado diciendo de muchas maneras que el camino es inglés, pero who knows? Yo sólo estoy sentada alrededor de mi fogata jeje.
Con mucho amor y prosperidad para tus viajes.
Majo 🦋 xx.